Hay un viejo chiste femenino que dice que la razón por la que se necesitan millones de espermatozoides para fertilizar un óvulo se debe a que, como son masculinos, ni leen el plano, ni preguntan el camino. Ironías aparte, desde que existe la humanidad parece que los seres humanos han intentado realizar mapas del entorno que conocían o de lo que pensaban que era el mundo en que vivían. Hay historiadores que opinan que el plano más antiguo se encuentra en una pared del yacimiento de Catal Huyuk (antiguo asentamiento del Neolítico al sur de la península de Anatolia, Turquía). Dicho plano representaría una ciudad (tal vez la propia Catal Huyuk, aunque no parece coincidir con el yacimiento) con un volcán en erupción cerca de ella.
Catal Huyuk |
Posteriormente encontramos más ejemplos de mapas en la antigua Mesopotamia. Aparte de varias tablillas que se han descubierto, representando campos labrados con sus dimensiones, y alguna que otra recogiendo los canales de irrigación de ciudades como Umma o Babilonia, uno de los más interesantes se conserva en la colección Hilprecht, de la Universidad Friedrich-Schiller de Jena (Alemania). Se trata de un ejemplar de 21×18 cm que representa la ciudad de Nippur. El plano, dibujado hacia el 1500 a.C., recoge algunas medidas que, comprobadas hoy día sobre el yacimiento, resultan asombrosamente precisas. Aparecen algunos templos importantes, los grandes canales que atravesaban la ciudad, como si de una Venecia sumeria se tratara, e incluso las puertas de la misma. Algunas de las puertas tienen nombres relacionados con su orientación, como la Kagal Uruk, Puerta de Uruk, o la Kagal Ur, Puerta de Ur. Otras, indican su magnificencia, como la Kagal Mah, Puerta Sublime. Y otras tienen nombres que nos resultan curiosos, como la Kagal Mushukhatim, Puerta de las Impuras Sexuales, fuera de la cual se esparcían las cenizas de los ejecutados por crímenes horrendos (ver “El Eakildukku en Sumeria, una mezcla entre Guantánamo y la Milla Verde“). Incluso, en una parte del plano encontramos la representación de un gran parque urbano atravesado por canales y con plantas exóticas, algo muy moderno.
Nippur |
Pero más importantes que los planos son los mapamundis, pues nos ofrecen una idea de la imagen que tenía del mundo un pueblo determinado. El mapamundi más antiguo encontrado hasta ahora, y conservado en el British Museum, fue realizado en el siglo VI a.C. en la ciudad de Babilonia, basándose en otro, posiblemente 200 años más antiguo, que no se ha conservado. La zona central representa Babilonia, Asiria, Uratu (Armenia) y Habban (Yemen). También recoge las montañas donde nace el Eufrates y, el doble círculo central, representa el mar, nombrado como “río salado“. El resto del mundo aparece en la forma de siete picos de estrella que se nombran como islas, de las que se conservan tres únicos nombres: la del “sol naciente“, la del “sol oculto donde reina la oscuridad” y la que está “más allá del vuelo de las aves“. Un elemento curioso es que no aparece Egipto, tal vez por rencillas políticas.
Y ya para finalizar, y retomando la ironía inicial, deberíamos preguntarnos: ¿estos planos eran utilizados, o no? Hay un proverbio sumerio que dice:
El palafrenero no pregunta el camino; el palafrenero no pregunta el destino.
¡Quién sabe! Tal vez el humor femenino sea tan antiguo como la invención de los mapas, después de todo.
NOTA: los mesopotámicos, por si alguien se lo está preguntando, no conocían los puntos cardinales como nosotros. Los nombraban según direcciones-viento. Su Norte correspondía con nuestro Noroeste. Así, tenían el Viento Tempestuoso (Noroeste); el Viento de los Amorreos (Suroeste); el Viento de las Montañas (Sureste) y el Viento del Barco a Contracorriente (Nordeste).